CARACTERES REPRODUCTIVOS DEL GAMETÓFITO
Anteridiógenos
Los anteridiógenos son feromonas empleadas por algunas especies de helechos para favorecer la reproducción sexual cruzada. En estas especies, los primeros gametófitos en alcanzar la madurez sexual producen arquegonios, comportándose por tanto como femeninos. En ese momento, se libera al medio un anteridiógeno, capaz de fomentar la aparición precoz de anteridios en gametófitos vecinos sexualmente inmaduros. De esta manera, el gametófito femenino induce el desarrollo de gametófitos masculinos para intentar una fecundación cruzada.
Protalo masculino precoz (Pleurosorus papaverifolius)
Adicionalmente al efecto general de fomentar el desarrollo precoz de gametófitos masculinos, se ha demostrado que el anteridiógeno es capaz de inducir la germinación de esporas en oscuridad (las esporas suelen requerir luz para su germinación). Se produce entonces un filamento de pocas células que, en ese estado tan precoz de desarrollo, diferencia unos pocos anteridios. Esta función puede estar relacionada en la naturaleza con la inducción de la germinación de esporas que estén presentes en el banco de esporas del suelo, para que rápidamente se sumen al esfuerzo de una reproducción cruzada.
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Protalo masculino precoz de Pteris incompleta desarrollado
en oscuridad en presencia de gametófitos femeninos de Pteris vittata.
Hoy se sabe que el originalmente llamado anteridiógeno o sustancia A es en realidad un conjunto de moléculas que suelen agruparse en tres clases (Apt, Aan y Ace). Para algunas de ellas, parece demostrada su relación fisiológica, bioquímica y estructural con las giberelinas (familia de hormonas vegetales que las plantas emplean para el control de múltiples aspectos de su desarrollo), mientras que de otras todavía no se ha podido dilucidar su estructura química. El número de especies de helechos que se conoce que emplean anteridiógeno para su función sexual ha ido en aumento desde la década de los años 50 del siglo XX, cuando fueron descubiertos por primera vez. También se conoce desde hace tiempo que el anteridiógeno segregado por unas especies puede tener efecto sobre esporas y protalos de otras especies, incluso pertenecientes a géneros distintos, siempre que presenten anteridiógenos de la misma clase.
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